Especial para LA TRIBUNA

Comprender las complejas relaciones económicas, sociales y políticas en nuestros países en una tarea en la que el aprismo nos da un derrotero. También nos permite confrontar las diversas realidades desde Espacios-Tiempos diferentes a nuestra Indoamérica. Así entiende este viaje la delegación peruana de las juventudes Apristas que asiste al Festival Mundial de la IUSY en Hungría.En Zanka nuestros relojes marcan las 9.45 de la noche y sin embargo nuestros traductores, todos miembros del la Unión Internacional de Juventudes Socialistas (YUSI), reclaman que aún faltan algunos minutos para las 5 de la tarde en tanto un sin número de interrogantes asaltaron la tranquilidad del recorrido hasta el albergue que nos aloja y nuestros comentarios sobre las características urbanísticas locales parecían no generar ningún interés en nuestros interlocutores.Hungría es un país que ha cuidado -sin perjuicio de su desarrollo industrial y comercial-, sus raíces rurales y agrarias. Forma parte de Europa Central y la Unión Europea y limita con Austria, Eslovaquia, Ucrania, Rumania, Serbia, Croacia y Eslovenia.Enfrentó política y económicamente con acierto los efectos de la presencia comunista, la II Guerra mundial y hasta el derrumbe de la órbita soviética, momento en el que pudo "ubicarse estratégicamente en el concierto mundial de la naciones" nos dice uno de los compañeros socialistas que nos acompañan y que reclama mantener inhiesto los valores de "su rebeldía constructiva" , una especie de comportamiento social y político que entenderíamos en muy poco tiempo.Si que han habido cambios en la República de Hungría.

Ahora mantiene una democracia liberal parlamentaria, en la que la autoridad reside en el pueblo y en el marco del Estado de Derecho. Es el parlamento ó Országgyqlés el primer poder del Estado y conforme a la Constitución, cada cuatro años se eligen 386 diputados según un sistema mixto; 176 escaños son elegidos en distritos electorales individuales y 210 según los votos conseguidos por las listas elaboradas por los partidos.Aquí hablan de una "moral socialista" entre los jóvenes que no ha desparecido y que es anterior incluso al tiempo que gobernó el comunismo. Sin duda que el tema es conocido para nosotros que sabemos de "la Moral Aprista", un conjunto de valores sobre los que construimos nuestra vida personal y partidaria. La II Guerra Mundial ha marcado estas tierras y a sus gentes. Los testimonios a favor de la paz tienen un origen en los tiempos en los que la persecución y el dolor se impuso, pero el recuerdo de esos tiempos es un freno a la intolerancia. Lección que nuestros pueblos podrían aprender.Pero nuestros interlocutores leen, por eso no es raro que nuestros anfitriones insistan en preguntarnos sobre el APRA, Alan García y Víctor Raúl Haya de la Torre. Y es que en este país los jóvenes parecen vivir sin límites y de manera intensa todas sus experiencias. Podríamos estar debatiendo sobre política local y las referencias nos llevan por Irak, las torpezas de Evo Morales o los problemas de la industria Hindú por no someterse a los cambios que llegan de la mano de los TLC.Núcleos de jóvenes, casi todos con libros en las manos dialogan sobre temas que el lenguaje nos impide comprender en medio de la calle, y aún en los clubes, en medio de música estridente, siempre hay espacio para el debate.

En Hungría parece que todo el mundo polemiza sobre el mundo y todos los días, es como si los jóvenes estuvieran más informados de lo que pensamos.Los jóvenes socialistas que nos acompañan, tienen una visión menos partidista de la política, aun cuando más comprometida socialmente hablando, por eso quieren saber más sobre el APRA, cómo funcionan las Casas del Pueblo y cuál es la composición social de nuestro partido.

La información que manejan es vasta, pero genérica, finalmente la prensa hizo lo suyo y entonces nos preguntan sobre los últimos acontecimientos políticos en el Perú. Todos preguntan, ponen nervioso al traductor que no puede hacerlo simultáneamente, y quieren saber todo "sobre las fosas que guardan los restos de millares de indígenas asesinados en los sucesos de Bagua".Nuestras respuestas son inmediatas y la sorpresa da paso a la condena a la mala información. Les mostramos fotos que dan testimonio de lo que sucedió en Bagua y el Informe de la Defensoría del Pueblo del Perú que concluye que nunca hubo masacre, ni genocidio. Entonces estamos listos para denunciar ante los compañeros de más de 100 países del mundo, la innoble campaña contra el gobierno popular del aprismo en el Perú.La hospitalidad de esta gente sorprende, sobre todo para quienes venimos de sociedades en los que la desconfianza es el segundo apellido. El estilo de vida en Europa en general y de Hungría en particular enseña, no como se vive mejor, sino como debe vivir. Sentarte en una mesa y "compartir las ideas" nos envuelve en una vorágine de comentarios sobre un socialismo que pareciera nuevo, pero que no lo es porque recoge la tradición más pura del pueblo húngaro, porque es progresista, libertario, profundamente ecologista y respetuoso del hombre como fin supremo de la sociedad y del Estado.

A nuestras conversaciones se suman grupos de jóvenes Austriacos, los saludamos y nos preguntaron de donde es que venimos, les contestamos y a renglón seguido, nos vuelven a preguntar sobre Bagua...nos miramos y entendimos cuanto es el daño que le han hecho a nuestra patria quienes irresponsablemente apelan a la violencia y luego llenan de mentiras la prensa mundial. Explicamos nuevamente y lo hacemos con la misma paciencia con la que el poeta Húngaro y padre de la vanguardia, Lajos Kassák hizo lo suyo, porfiando en su verdad, en medio del silencio, cuando el stalinismo mintió sobre él y lo condenó al ostracismo.Nos vamos a Viena y luego a Budapest.

Seguimos mirando el mundo con ojos de indoamericanos. Julio 2009