Publicado en La Tribuna
Han pasado ya 112 años del nacimiento del personaje más ilustre de nuestra historia peruana y para nosotros, los apristas, de la persona más querida e inolvidable… "el Compañero Jefe". Esta frase me motiva a recordar cómo me hice aprista. Tal vez una experiencia casi parecida a la de muchos que provenimos de cuna aprista, donde los padres y abuelos te heredan con el paso de los años, ese amor al viejo partido de Alfonso Ugarte, que con tanto sacrificio le costó construir a un grupo de hombres hace muchos años atrás, y que el único impulso que tenían era de crear en sus vidas, un nuevo sentimiento de esperanza, en un país que ha sido azotado por tantas desilusiones.
Aún no olvido cuando de muy pequeña y de la mano de mi padre, junto a mis hermanos aún solteros, partíamos desde el viejo local partidario de La Victoria, junto a mi padre que alistaba a nuestros pastores alemanes (*), bien uniformados con sus chalecos apristas, y con todos los compañeros. Con ese entusiasmo delirante propio de la multitud, con sus vinchas y polos caminando por las calles y lanzando vivas por el APRA.Tal vez eran los primeros gritos que me hacían parte de esta emoción y este amor hacia un hombre que como dice mi padre: “Dejó todo para luchar por su pueblo”. Bendito sean los que creen sin haber visto…Con el pasar de los años ya no había necesidad de traerme de la mano. Sentí que algo muy dentro, me impulsaba cada año a ir a esa gran festividad que muchos peruanos celebraban.
La gran avenida de los pañuelos blancos ya no sería para mí, una simpleza de calle sino, la demostración de todo un mar humano que aún no olvida a ese ejemplo de persona que demostró que todavía se puede hacer una política limpia y honesta. Ya no había pastores alemanes, ahora eran mis padres y sus hijos con sus propios hijos, a quienes creo que desde el cordón umbilical les heredaron el aprismo. Ahí está la respuesta del porque el APRA nunca Muere. Porque simplemente algo tan fuerte y tan consistente no se puede destruir tan fácilmente.
Entre las cosas que debemos recordar en esta fecha, aparte de la grandeza de nuestro glorioso partido que capituló muchas páginas de nuestra historia, es el mensaje de nuestro querido viejo a los jóvenes: “Hago un llamamiento especial dirigido a la juventud, dirigido al joven sano, fuerte y vigoroso, al joven que por primera vez va actuar como ciudadano para decirle, vamos a trabajar juntos en la construcción, en la creación de un nuevo Perú…” Seamos pues, dignos de representar a la juventud que una vez dirigió y formó esta gran familia y para ser el orgullo de ese hombre que partió como polvo en viaje a las estrellas… Para ese hombre que ha dedicado su vida entera a la causa del bienestar de la patria. Para ese hombre en la cual el pueblo peruano veía a su defensor y que en todo momento demostró su firme posición democrática luchando por los que más lo necesitan. ¡Este es el APRA qué les parece…!!!! EOH
Desde el Viejo Sector 7 B de La Victoria(**)
Han pasado ya 112 años del nacimiento del personaje más ilustre de nuestra historia peruana y para nosotros, los apristas, de la persona más querida e inolvidable… "el Compañero Jefe". Esta frase me motiva a recordar cómo me hice aprista. Tal vez una experiencia casi parecida a la de muchos que provenimos de cuna aprista, donde los padres y abuelos te heredan con el paso de los años, ese amor al viejo partido de Alfonso Ugarte, que con tanto sacrificio le costó construir a un grupo de hombres hace muchos años atrás, y que el único impulso que tenían era de crear en sus vidas, un nuevo sentimiento de esperanza, en un país que ha sido azotado por tantas desilusiones.
Aún no olvido cuando de muy pequeña y de la mano de mi padre, junto a mis hermanos aún solteros, partíamos desde el viejo local partidario de La Victoria, junto a mi padre que alistaba a nuestros pastores alemanes (*), bien uniformados con sus chalecos apristas, y con todos los compañeros. Con ese entusiasmo delirante propio de la multitud, con sus vinchas y polos caminando por las calles y lanzando vivas por el APRA.Tal vez eran los primeros gritos que me hacían parte de esta emoción y este amor hacia un hombre que como dice mi padre: “Dejó todo para luchar por su pueblo”. Bendito sean los que creen sin haber visto…Con el pasar de los años ya no había necesidad de traerme de la mano. Sentí que algo muy dentro, me impulsaba cada año a ir a esa gran festividad que muchos peruanos celebraban.
La gran avenida de los pañuelos blancos ya no sería para mí, una simpleza de calle sino, la demostración de todo un mar humano que aún no olvida a ese ejemplo de persona que demostró que todavía se puede hacer una política limpia y honesta. Ya no había pastores alemanes, ahora eran mis padres y sus hijos con sus propios hijos, a quienes creo que desde el cordón umbilical les heredaron el aprismo. Ahí está la respuesta del porque el APRA nunca Muere. Porque simplemente algo tan fuerte y tan consistente no se puede destruir tan fácilmente.
Entre las cosas que debemos recordar en esta fecha, aparte de la grandeza de nuestro glorioso partido que capituló muchas páginas de nuestra historia, es el mensaje de nuestro querido viejo a los jóvenes: “Hago un llamamiento especial dirigido a la juventud, dirigido al joven sano, fuerte y vigoroso, al joven que por primera vez va actuar como ciudadano para decirle, vamos a trabajar juntos en la construcción, en la creación de un nuevo Perú…” Seamos pues, dignos de representar a la juventud que una vez dirigió y formó esta gran familia y para ser el orgullo de ese hombre que partió como polvo en viaje a las estrellas… Para ese hombre que ha dedicado su vida entera a la causa del bienestar de la patria. Para ese hombre en la cual el pueblo peruano veía a su defensor y que en todo momento demostró su firme posición democrática luchando por los que más lo necesitan. ¡Este es el APRA qué les parece…!!!! EOH
Desde el Viejo Sector 7 B de La Victoria(**)
(**) Mi padre el c. Avelino Orcón, a los 30 años con sus "canes". 30 años después con la misma mística. Y con el mismo estandarte
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